El 10 de enero de 2014, el Gobierno de España aprobó el Real Decreto 4/2014, por el cual se establece la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibéricos.
En esta norma, y en resumidas cuentas, el gobierno puso etiquetas de colores a los jamones para identificar su calidad.
De este modo se pretende que el consumidor esté mejor informado, evitar el fraude y promocionar e incentivar la raza del cerdo ibérico.
Este decreto establece cuatro colores diferentes para los precintos de color: Negro, Rojo, Verde o Blanco.
El precinto Negro significa que se trata de un jamón de madre ibérica pura, de padre igualmente de raza ibérica, criado en el campo y alimentado con bellota durante la fase de montanera o engorde, que suele durar de 2 a 4 meses.
El Rojo ofrece un producto de madre ibérica pura pero con padre duroc o cincuenta por ciento ibérico, también criado en el campo y alimentado con bellota durante la fase de montanera.
Estas mismas diferenciaciones también se dan en el lomo, con los colores Negro o Rojo, igualmente basados en criterios similares a los jamones.
El Verde indica que estamos ante un jamón de madre ibérica pura pero con padre duroc o cincuenta por ciento ibérico y, además, de cebo de campo, con una exigencia mínima de crianza de al menos 60 días en el campo y alimentado con piensos.
Y el precinto Blanco determina que se trata de un producto de madre ibérica pura pero con padre duroc o cincuenta por ciento ibérico y que estamos ante un jamón de producción intesiva que no conoce la vida al aire libre y que ha sido alimentado sólo de pienso.
En el cuadro superior se puede ver de forma reducida y con más claridad, todo lo explicado anteriormente.