- 1 Conejo.
- 1 cabeza de Ajos.
- 1/2 vaso de Vino blanco.
- 2 ramitas de Tomillo y si no, molido.
- Aceite de Oliva Virgen.
Cortar el conejo en trozos si hiciera falta y ponerles sal.
Sellar los trozos de conejo en aceite de oliva hasta que estén dorados, apartar y reservar.
Picar la cabeza de ajos, y refreír a fuego lento en el mismo aceite donde hemos dorado la carne.
Cuando los ajos empiecen a dorar, poner la carne, el tomillo y el vino, dejar hervir un par de minutos para que evapore el alcohol, poner 1/2 vaso de agua y dejar hervir hasta que la carne esté tierna.
Probar de sal y rectificar, añadir más agua si hiciera falta, teniendo en cuenta que la salsa debe de quedar concentrada, y...
¡A disfrutar!